Se trata de una iniciativa del Museo de Villafranca (MUVI) junto a miembros de la directiva de la Hermandad de la Santa Cruz de Feria, y mujeres montadoras de la exposición.

Hoy viernes, 31 de mayo, a las 7 de la tarde tendrá lugar la presentación de la exposición temporal «Fiestas de las Cruces de Feria», Fiesta declarada de Interés Turístico el 1 de diciembre de 1981. Se trata de una iniciativa a cargo del Museo de Villafranca (MUVI) junto a miembros de la directiva de la Hermandad de la Santa Cruz de Feria y mujeres montadoras de la exposición.

La Fiesta de la Cruz debió aparecer en la liturgia de la Iglesia cristiana como un trasunto o extrapolación del rito naturalista y pagano vinculado al culto a la naturaleza, a la fertilidad y a la vida, conceptos todos ellos referentes a la primavera, y asociados a ritos ancestrales que ya celebraban los romanos en honor de Flora y la diosa itálica Maya, deidades que venían a personificar el crecimiento de la vegetación, la exuberancia de la primavera y la fertilidad de la tierra.

Con la expansión del Cristianismo, y al igual que debió suceder con otros ritos, como pudiera ser el de las candelas, la Iglesia sustituyó el culto al árbol-mayo pagano, por el culto al árbol-cruz, dotado de un contenido y significado distintos. La tradición atribuye la implantación de la Festividad de la Santa Cruz en Feria, a los IV Condes, Don Pedro Fernández de Córdoba y Figueroa, y especialmente a su esposa, Ana Ponce de León, nacida el día 3 de mayo de 1527. Estos precedentes pueden constituirse en sólida base para suponer que la condesa implantara en su señorío esta festividad por coincidir con la fecha de su nacimiento.

Desde que fuese declarada Fiesta de Interés Turístico Regional y hasta hoy, las Fiestas de las Cruces de Feria han adquirido gran protagonismo en todos los sentidos y bajo todos los puntos de vista; a nivel local porque continúa siendo la principal seña de identidad, repleta de emotividad, para toda aquella persona vinculada a Feria de un modo u otro; a nivel cultural por la variedad, riqueza y vistosidad de sus manifestaciones; a nivel histórico por la trayectoria y la pervivencia del rito, pero también por los múltiples aspectos que sobre el mismo aún no se conocen con absoluta certeza; y a nivel antropológico por las posibles conexiones que puedan existir entre las ancestrales tradiciones de origen naturalista-pagano y los contenidos doctrinales vinculados a la tradición cristiana. Antonio Ortíz.