El director general de Turismo, Francisco Martín Simón, ha animado a los municipios extremeños a seguir el ejemplo de Orellana la Vieja, que en 2010 logró la primera bandera azul para una playa de interior de España, y en 2018 revalidó el galardón y volvió a ser pionera al estrenar otros dos distintivos azules para su puerto deportivo y su sendero litoral, acreditaciones otorgadas por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac).

El director ha participado en una presentación en el stand de Extremadura en Fitur junto con los alcaldes de Orellana la Vieja, Cayetano Ramos, y de Campanario, Elías López, quienes han expuesto las zonas de baño de sus dos municipios (Costa Dulce y Costa Alegre, respectivamente) y las posibilidades del turismo relacionado con el agua.

Extremadura cuenta con 1.500 kilómetros de costa interior, algo único en Europa occidental, y más de cincuenta piscinas naturales, gargantas, playas fluviales y playas de embalse, situadas en lugares de gran belleza. A esto se añaden unas condiciones ideales para practicar vela ligera, windsurf, kitesurf, esquí acuático y paddle surf, entre otras modalidades deportivas, en numerosos embalses.

Las banderas azules avalan la calidad de las aguas, una gestión ambiental adecuada y la seguridad de servicios e instalaciones, por lo que se convierte en un revulsivo para el sector turístico de la comarca.

En el caso de Campanario, el ayuntamiento ha presentado un proyecto para que la margen izquierda del embalse de Orellana, en su término municipal, sea reconocida con la bandera azul. Ya han recibido una primera visita por parte de los técnicos de Adeac y es previsible que se produzca una segunda visita antes del mes de mayo.

En los últimos tres años, desde la Dirección General de Turismo también se está impulsando el turismo de playa de interior, unido a otras actividades deportivas y al turismo termal, con varias campañas promocionales, bajo el lema ‘Extremadura es agua’.