María Guardiola quema puentes, frena a la ultraderecha y abre la posibilidad de nuevas elecciones.
La presidenta del Partido Popular advierte que “no puede dejar entrar en el gobierno a aquellos que niegan la violencia machista. Están deshumanizando a los inmigrantes y tiran a una papelera la bandera LGTBI”
Critica a Vox por haber antepuesto sus ansias de poder al cambio, y parece que obliga a ir a elecciones.
Un Vox atrincherado pretende, con cinco diputados, llegar al gobierno extremeño.
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