‘La noche oscura y el pájaro solitario’ es el título de la exposición pictórica que desde ayer podemos visitar en la Sala I de la Casa de Cultura de Villafranca, de Miguel Villarino, autor consagrado y premiado a nivel nacional e internacional. El polifacético artista creó su propio taller en 1983 y en 1989 funda la editorial dedicada a la obra gráfica M más M ediciones.

Además de pintor y grabador, ha estado también vinculado al mundo editorial, y es también miembro de CRUCE, una asociación de artistas críticos y teóricos. También ha desarrollado una gran labor docente impartiendo curso de grabado tanto en España como fuera de ella.

Ha sido galardonado con diversos permios como el BMW de pintura o el premio extraordinario Reina Sofía.

En la tarde de ayer Villarino estuvo en Villafranca para inaugurar su exposición. La Concejala de Cultura, Miriam García Cabezas, lo acompañó junto al crítico de arte Michel Hubert, así como un nutrido número de acompañantes que se acercaron al sencillo acto que comenzó con unas palabras de la Concejala de Cultura, quien agradecía a Fernando Clemente, coordinador del Área de Cultura, sus gestiones para que esta gran exposición esté en Villafranca, así como a Michel ‘por ser el compañero perfecto en nuestro acercamiento al arte contemporáneo’. Así mismo alababa la obra del artista ‘que a veces, si miramos bien, nos acerca a los tejados de la propia Casa de Cultura.

«Espero que esta exposición alumbre y sea impulsora de esas inquietudes artísticas de las personas que pasen por esta sala».

El crítico de arte Michael Hubert, agradecía al artista ‘que nos confíe su obra’, y ofrecía una amplia disquisición sobre la obra del autor de la que destacaba sus ’colores brillantes, formas planas y un ligero retorno a la niñez’.

Miguel Villarino comenzaba explicando que “a los artistas no nos gusta explicar nuestra obra, porque el espectador también la crea, pero voy a hacer un esfuerzo…esta serie está basada en los textos de Juan de la Cruz, cuando escribe ‘La noche oscura’, refleja el vacío existencial, la lucha interior”. Daba a conocer que la obra parte de una enfermedad muy dura que vivió junto a su hijo pequeño, que al final salió bien pero que tuvo una recuperación muy dura ‘de mis paseos junto a él en la noche de Barcelona salen estas obras, de su dolor por un futuro incierto, la lucha interior siempre es en solidad, y ese es el pájaro que sobrevuela los edificios’

 

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