La música es el lenguaje universal de las emociones. Y a través de ella se puede intervenir en los estados de ánimo, y ayudar a expresar y cambiar emociones negativas. También es una poderosa herramienta de integración social y de identificación de colectivos o movimientos sociales. Además, la música sana , evoca, divierte… En definitiva, como expresa la musicoterapeuta fontanesa Jeni Sánchez Ramos: “La música te puede cambiar la vida, es imposible no comunicarte con los demás a través de ella porque no conoce fronteras ni culturales, ni lingüísticas ni de ninguna clase”.

 

Algo así como “la medicina del alma” es como podría definirse la musicoterapia; la profesión que, de forma vocacional, ha ejercido Jeni S. con colectivos de mayores y niños en Fuente del Maestre: “ Hace muchos años ví en un vídeo cómo una chica se comunicaba con su hermano con síndrome de down, y eso me cambió la vida. Me dije que yo tenía que dedicarme a eso como fuera. Asique hice el bachillerato musical , me gradué en Ciencias e Historia de la Música en Salamanca y realicé un máster de esta especialidad. Y es que me pareció increíble cómo puedes conectar con alguien con sólo cuatro acordes. “

 

“Estamos hechos de música y silencio” – prosigue esta joven terapeuta: “ Somos música desde que estamos en el vientre de nuestra madre, escuchando nuestros latidos y los suyos. Cómo no va a ser posible conectarse con otra persona con la música… Yo he tenido la gran experiencia de poder comunicarse con un niño autista, conectar con él, algo que no había conseguido ni su familia. Y eso no está pagado con nada”.

 

Sobre cómo son sus sesiones, informa: “Primero utilizo la música o el canto para detectar cómo se encuentra el grupo, o la persona que trato. Y juego con los tonos mayores y menores para saber realmente cómo están. Porque a veces, por vergüenza, la gente dice sentirse bien y no es cierto. Vivimos en la sociedad de las apariencias , como si siempre tuviésemos que estar bien a la fuerza. Esos cambios me permiten saber la realidad y trabajar a partir de ahí. Y esta parte de mi trabajo me encanta, el hecho de que las sesiones, por muy predeterminadas que las tenga, siempre te exigen ir improvisando sobre la marcha. Aquí la creatividad es la clave, por eso uso mucho los ritmos africanos, una música muy percutiva que suena bien a la gente y te permite mucha improvisación vocal& rdquo;.

 

Jeni Sánchez termina esta semana un proyecto de musicoterapia para las personas mayores de la residencia de La Fuente, el Hogar del Pensionista y los pequeños de la Guardería Municipal, para el que fue contratada por el Ayuntamiento de Fuente del Maestre.

 

Y cuenta así su experiencia: “ Con los mayores del asilo me he esforzado porque nunca se queden en silencio, sin voz, aunque ésta esté deteriorada. Ese silencio que tienen y que tantas veces va asociado a un fuerte sentimiento de soledad o incluso pasotismo, como de estar de vuelta. En cambio, con la gente del Hogar del Pensionista, la experiencia ha sido todo lo contrario: Me he encontrado con un grupo de mujeres con mucha energía vital. En este caso, me he centrado más en la música como relajación y como iniciación a la meditación, Y que pensasen más en sí mismas, que se reforzara su autoestima. Y con los niños, eso sí que ha sido espectacular porque son esponjas, tardaron muy poco en interactuar e incluso en pedirme instrumentos sencillos y armón icos para ellos. La música es fundamental en edades tempranas porque desarrolla el cerebro.”

 

Tras esta experiencia en La Fuente, Jeni seguirá trabajando con otras asociaciones o colectivos sociales, y seguirá “creando proyectos dentro de este campo tan amplio y necesario”. Por último, reseña que “es necesario que la musicoterapia tenga en España el reconocimiento oficial que merece, como ocurre en otros países como Argentina”