El Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC) expone desde el pasado viernes, 20 de octubre, hasta el 31 de marzo una muestra con los paisajes que pintó Godofredo Ortega Muñoz y la interpretación fotográfica de ellos que ha hecho el fotógrafo y artista José Manuel Ballester a modo de homenaje al pintor extremeño.
La exposición, titulada ‘José Manuel Ballester – Godofredo Ortega Muñoz: Paisajes pensados’, ha sido inaugurada este viernes por la consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, Victoria Bazaga, acompañada del comisario de la exposición, Javier González de Durana, además de José Manuel Ballester y la directora del MEIAC, Catalina Pulido.
La muestra pone en relación la obra pictórica de Godofredo Ortega Muñoz, realizada hace varias décadas, con fotografías actuales tomadas por José Manuel Ballester, premio nacional de fotografía y autor de obras expuestas en colecciones del Museo Reina Sofía de Madrid. Victoria Bazaga ha destacado la capacidad de diálogo entre las obras de ambos artistas y ha subrayado necesidad de fomentar ese espíritu dialogante hoy en día en la sociedad.
Ha aprovechado también para poner en valor la trayectoria del valentino Ortega Muñoz, que le llevó a exponer en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, De Ballester ha subrayado su perfil de artista de experiencias reflexivas y su constante búsqueda de nuevas sensaciones visuales.
‘Paisajes pensados’ viene a ser una conversación entre ambos artistas. Con la iconografía del extremeño Ortega Muñoz en mente, Ballester recorre territorios semejantes, impregnado por el espíritu del pintor y sintiendo una emoción similar, según ha explicado el comisario de la exposición.
Así como Ortega Muñoz pintaba al recordar aspectos esenciales de los territorios que había visto, Ballester, con las pinturas del extremeño en mente, se lanzó a fotografiar los campos de Extremadura, Castilla, Andalucía, La Rioja y Lanzarote, en comunión con la naturaleza.
El resultado de esa interpretación es una sorprendente cercanía entre las pinturas de uno y las fotografías de otro. Paisajes de viñedos, olivares, trigales, desde la misma aproximación sensible y a partir de posiciones compartidas de devoción y respeto hacia la naturaleza.
El montaje expositivo trata de mostrar las diferencias estilísticas y técnicas de cada cual, poniendo en evidencia hasta qué punto Ortega Muñoz depuraba la imagen del paisaje, mientras Ballester registra la naturaleza con abundancia de elementos.
La alianza entre ambos artistas permite contemplar la obra del extremeño desde un punto de vista inédito e inesperado, que enriquece y amplía con capas de comprensión actualizadas las pinturas realizadas hace más de medio siglo.
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