El coreógrafo Víctor Ullate ha anunciado que se retirará de la danza tras estrenar en el Festival Internacional de Teatro Clásico Mérida el ballet ‘Antígona’, que estará en escena del 19 al 21 de julio y que tendrá como protagonista a una mujer fuerte y emocional.

Ullate, quien hace un mes ha sufrido un infarto, ha considerado que es un «regalo» dirigir ‘Antígona’ y que, aunque ya se había retirado con una ‘Carmen’, atendió la llamada del director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro, para poner coreografía por primera vez a esta tragedia griega en este evento cultural.

La bailarina Lucía Lacarra dará vida a ‘Antígona’, en un reparto en el que también figuran Josué Ullate en la piel de Hemón, o los bailarines Cristian Oliveri, Dorian Acosta o Martina Chávez, entre otros. Cabe destacar que la bailarina Laura Rosillo interpretará a ‘Antígona’ el domingo, 21.

Esta producción del Festival de Teatro Clásico de Mérida y el Víctor Ullate Ballet ha sido presentada este miércoles por parte del director del festival, Jesús Cimarro; por el director y el director artístico de ‘Antígona’, Víctor Ullate y Eduardo Lao, respectivamente, por algunos de sus bailarines protagonistas, y por la secretaria general de Cultura, Miriam García Cabezas, y la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Silvia Fernández.

Antígona, una de las tragedias míticas de la cultura grecolatina y más representadas en el Teatro Romano de Mérida, vuelve al Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y lo hace bailando. Víctor Ullate ha llevado a la danza este drama creado por Sófocles para la edición número 65 del Festival que se estrena el viernes y estará en cartel hasta el domingo.Antígona, representada por primera vez en el año 441 antes de Cristo, se muestra en esta coproducción del Festival de Mérida y el Víctor Ullate Ballet como una obra actual e impactante que deja en evidencia la atemporalidad de la naturaleza humana, que habla sobre los sentimientos tan antiguos como la humanidad misma.

Antígona encarna el conflicto entre la conciencia y la obediencia. Es la historia de la hija del Rey Edipo, una joven que decide enterrar a su hermano, muerto en batalla por el control de Tebas. La mujer realiza las honras fúnebres al cadáver, pese a que el nuevo Rey de la ciudad ha ordenado no hacerlo. Es ese rigor intransigente con el que actúa, convencida de que está haciendo lo correcto, lo que convierte a Antígona en una de las figuras teatrales más famosas de la historia.

“Principalmente inspirados por el conflicto de cada figura, confiamos en el poder de la danza que, como ninguna otra forma de arte, permite abrir la entrada a las esferas de las emociones universales”, así explica el maestro Ullate la esencia de esta producción cuya dirección y coreografía comparte con Eduardo Lao. “Es una Antígona con mucha fuerza y espero que diferente a las que se han podido ver con anterioridad en el Teatro Romano de Mérida”, asegura Ullate.

Lucía Lacarra y Josué Ullate son los protagonistas de esta versión libre de la obra original de Sófocles. Ella en el papel de Antígona y él en el de Hemón, hijo del actual rey de Tebas y prometido de Antígona. La química entre ambos bailarines hace de esta interpretación una verdadera obra de arte que no dejará a nadie indiferente. La bailarina Laura Rosillo sustituirá a Lucía Lacarra el domingo en el papel de Antígona.

Víctor Ullate, estrella internacional de la danza, fundó en 1988 la compañía que lleva su nombre y que cuenta con una larga y prolífica trayectoria como primera compañía privada española de nivel internacional. A lo largo de estos treinta años, ha dado la vuelta al mundo con sus giras y su repertorio, que abarca todas las facetas del ballet, y ha obtenido numerosos galardones, entre ellos, el Premio Nacional de Danza, la Medalla de Oro de las Bellas Artes, el Premio MAX de Honor y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

Esta compañía, que además cuenta con escuela propia, cantera de futuros profesionales, se incorporó en 2017 al del marco jurídico y legal de la Fundación Víctor Ullate, creada en el año 2000 con un claro objeto social de difundir y preservar la Danza como uno de los valores fundamentales de nuestro Patrimonio Cultural, no sólo a nivel nacional, sino también internacionalmente.