Cáritas Española ha abierto una campaña de emergencia: “Cáritas con Tierra Santa”, y a la que se suma Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz, habilitando números de cuentas bancarias en las que recogerán las donaciones destinadas a asistir a la población de esta zona, y poder acompañar también a las familias de Cisjordania afectadas por el agravamiento de su situación económica y social como consecuencia del conflicto.
“Cáritas Jerusalén ha requerido ahora el apoyo de la red de Cáritas nacionales y en concreto de Cáritas Española porque sus equipos se encuentran más seguros, la logística de las operaciones está más afianzada y, en consecuencia, se dispone de mayor capacidad para llevar a cabo una asistencia a mayor escala”, explica Pablo Reyero, coordinador de Oriente Medio en el área de Cooperación Internacional de Cáritas Española.
Gran llamada de emergencia
El llamamiento de emergencia solicitado por Cáritas Jerusalén y activado por Caritas Internationalis tiene un presupuesto total de 2,95 millones de euros. El plazo de ejecución será de un año y el número estimado de beneficiarios directos alcanzará las 23.275 personas y 35.720 beneficiarios indirectos.
“Los equipos en Gaza darán atención en salud primaria, apoyo psicosocial y salud mental, y coordinarán la entrega de efectivo a las familias más vulnerables para la cobertura de necesidades básicas. Paralelamente se trabajará para rehabilitar el centro médico de Cáritas en la ciudad de Gaza, hoy muy dañado por los bombardeos, y ponerlo en funcionamiento lo antes posible. En Cisjordania el apoyo será en forma de transferencias de efectivo para que las familias más vulnerables puedan cubrir sus gastos en alimentación, sus alquileres o adquirir otros artículos de primera necesidad”, comenta Reyero.
Según el último informe de situación facilitado por Caritas Internationalis, las muertes de civiles siguen aumentando a diario y la falta de acceso a alimentos, agua potable y tratamiento médico está poniendo a la población civil en una situación de riesgo aún mayor. Además, el 85% de la población ha sido expulsada de sus hogares, más del 60% de las viviendas han quedado destruidas o dañadas y las escuelas se han visto obligadas a cerrar.
“Somos conscientes que, por desgracia, la crisis humanitaria no desaparecerá en el corto plazo, por lo que seguiremos apoyando mientras podamos, en la medida en que la Confederación nos lo indique y mientras Cáritas Jerusalén nos lo solicite”, explica Pablo Reyero.
Aumento de la exclusión en Cisjordania
La crisis también tiene un gran impacto en la población de Cisjordania, que depende en gran medida del turismo y la peregrinación. Las tiendas de recuerdos, los hoteles, los guías turísticos y todos los que trabajan en el sector de la hostelería llevan más de tres meses sin ingresos. De hecho, en algunas ciudades el 70% de los residentes dependen de este sector y miles han sido despedidos de sus empleos.
Además, los jornaleros y trabajadores de Cisjordania que se ocupaban en Israel ya no pueden cruzar los puestos de control, por lo que han perdido sus permisos de trabajo y sus fuentes de ingresos también se han visto reducidas. Cáritas Jerusalén estima que unas 170.000 personas se encuentran en esa situación. Esta realidad ha creado una grave y preocupante crisis económica.
Un llamamiento al alto el fuego
Paralelamente, y ante el enorme sufrimiento vivido en estos más de 100 días de contienda, la Confederación de Cáritas en España insta una vez más al alto el fuego, sumándose al constante llamamiento de paz del Papa Francisco y de Caritas Internationalis, a través de la campaña #CeasefireNOW, una petición mundial de un alto el fuego inmediato, con el fin de proteger y salvar vidas.